Los viernes son esos días que tienen el poder especial de dibujar, a tod@s en general, una sonrisa. Normalmente termina la jornada laboral, empiezas a pensar en los planes del fin de semana, en dormir un rato más por las mañanas,.. para mí también, los viernes siguen siendo días de sonrisa...
Hasta ahora he comenzado mis viernes pensando "último madrugón de la semana", ahora en mis nuevos viernes lo primero que pienso es "hoy un pasito más hacia la victoria" y seguido "último madrugón de la semana"... las visiones de lo mismo, en este caso un día, comienzan a cambiar...
Los viernes voy a tratamiento, hoy ha sido la segunda vez. De momento me lo ponen todas las semanas por lo que me dicen que los efectos secundarios serán más leves y algunos más tarde, como por ejemplo la caída del cabello. Por mí no hay ninguna prisa, eso sí, ya le he echado el ojo a una peluca super mona y a algún que otro gorrito y turbante. Creo que todo lo que pueda mirar ahora con tiempo será mucho mejor, eso de anticipar ya lo llevo grabado a fuego en mí.... me sale solo, así natural...
El viernes pasado mi primer contacto con el tratamiento fue bueno, si no fuera por otros agentes externos. Llegar a la sala y ver allí a más gente como que te hace la situación más llevadera, no eres la única, si ellos pueden tú también, no estás sola... Te sientes rara, no sabes muchas cosas y a mi la ignorancia me puede y tengo que hacer un esfuerzo muy grande para no parecer una niña petarda preguntona, es que me interesa tanto todo, cómo, porqué, cuándo, cuánto.... La mañana pasó sin más, únicamente que eligieron la vena retorcida que parece buena por fuera aunque por dentro era otra cosa, pero vamos que será por venas... a otra y punto.
Hoy he ido más temprano, casi lo prefiero porque así estoy cuanto antes en casa. Durante el tratamiento no tengo molestias, y si a eso le añades que tengo unas cuantas amigas amores que me hacen pasar unas risas que no puedo contener, con lo que cualquier día me ponen algo raro porque piensen que estoy perdiendo la cabeza, pues lo llevo bien.
No se como serán las próximas veces y por eso aunque parezca fuerte y valiente, es inevitable estar expectante, intentando prepararte para un estar diferente, posiblemente no tan llevadero.
Esto es como si hubiera llegado a una playa arenosa y comenzara a meterme en el mar, al principio, aunque el agua empiece a subir, la arena es fina, según caminas la arena va siendo más gruesa, continuas y hay alguna alga que se enreda en tu pierna, alguna piedrecita que se te clava en el pie, incluso alguna medusa que te de un buen picotazo... lo único es que cuando te metes en esa playa no sabes que todo eso te va a pasar y entras pisando fuerte, pero yo sí se que me va a ir pasando, y a pesar de eso no voy a dejar de caminar con paso firme, porque siempre hay alternativas, maneras de combatir esos inconvenientes... si merece la pena por un buen baño, ¿ cómo no va merecer la pena por lo más grande que tenemos?... VIVIR...